POR LOS TRENES DE LA VIDA
Andando los trenes de la vida,
Parece mirará la patria desde arriba
Bien vale mirar a los costados.
Y ver la gente, los de abajo
Ellos son los nuevos pobres
De ARGENTINA.
Los que forjaron el país a su manera
Heredad de sangre inmigrante.
Definitivo encuentro con la tierra
¿qué nos pasó? ¿por qué nos desmembramos
Si el poder es solamente de los pueblos.
Andando los trenes de la vida
Norte, sur, pampa, cordillera.
Se ve de arriba, sembrados y abajo
Piberío, changos, gurisitos
Pies descalzos, barrigas desnutridas
¿Qué nos pasó? Obsecuencia, confianza,
O voluntad comprada en nombre de Argentina
En progresistas revoluciones productivas
Armando aquel poeta mendocino
Que homenajeará hombre, petróleo, pan y vino
Nos dijo que era honra de los hombres
proteger la infancia desvalida.
Andando los trenes de la vida
Se observan pancitas prominentes
Que en discursos de masiva concurrencia
Nos decían ellos son el fruto de ARGENTINA
Saludan el tren a nuestro paso
Con la inocencia condenada al hombre, sin futuro.
Pero aún el tren es su alegría
Es primaria la razón y el equilibrio
Renovemos otra vez las esperanzas
Sin vendernos a discursos pasionarios y mentiras
Sin olvidr han quedado en el camino
Millones de semillas… muertos desnutridos.
Miguel Julio Neira, 01 de Marzo 2003.
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ESTACIÓN DE VÍAS MUERTAS
Estación vieja y desecha
Que fuiste todo alegría
Cuando era una romería
En los tiempos de cosecha
Hoy parece que te pecha
El mancarrón del olvido
Quien sabe donde se han ido
Bolseros y capataces
Hombres fuertes y capaces
Que pa' siempre se han perdido
Ya no se ve ni un linyera
Al lao' del embarcadero
Ni estibas con el letrero
De una firma cerealera
Y por tu enorme tranquera
No dentra ninguna chata
El carrero no desata
su famosa caballada
Ni descarga en la planchada
Las bolsas por la culata
Ya no hay muchachas bonitas
Paseando por el andén
Que iban a esperar el tren
En las lindas tardecitas
Contra tus vías limpitas
No se estrella el sol radiante
Y en esa quietud constante
De la ruina que allí queda
No se mueve ni la rueda
De tu molino gigante
El cambista no camina
Con la blusa azul aquella
Ni la máquina resuella
Con su aliento de neblina
Ya no están en la oficina
Ni el jefe ni el auxiliar
Ya no se oye repicar
El telégrafo tampoco
Y los gorriones de a poco
Han terminao' por copar
Tu señal está tranquila
Tus galpones carcomidos
Y en esos rieles dormidos
Ya no hay vagones en fila
Ya no se ve ni una pila
Sobre tu playa desierta
Tu campana no despierta
Y es su badajo olvidao'
Un lagrimón oxidao'
Llorando una vía Muerta
Domingo Berho
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VIEJO TREN
Hoy que ya estás de regreso
Se está olvidando tu hazaña
pero toda la campaña
Te está debiendo el progreso
Y yo canto por eso
Sin preguntar quien te trajo
Pal' de arriba y Pal' de abajo
Vos fuiste igual viejo tren
Porque sin mirar a quien
Llevaste vida y trabajo
En campera madrugada
El paisano te sintió
y te tubo de reloj
Al escuchar tu pitada
Al mirarte a la pasada
El tiempo supo preveer
Diciendo al salirte a ver
Y con un acierto sumo
Si sale bajito el humo
Es señal que va a llover.
Con un linyera en el techo
Se va el especial de hacienda
Y la máquina tremenda
Se la escucha un largo trecho
Como un pavoroso pecho
Con un corazón que late
Tras el vapor que se abate
La estación se queda sola
Y va en el furgón de cola
El guarda tomando mate.
Pienso que el tiempo es distancia
Y durmientes son los días
En donde tiendo las vías
Que me llevan a la infancia
Vuelven con su resonancia
Paragolpes y eslabones
Viejo tren que en ocaciones
Te miré como embobao
Y me olvidé de un "mandao"
Por contarte los vagones.
Domingo Bertho
EL ÚLTIMO TREN
Pasaron cien años de aquellos momentos,
cuando se iniciaba el ferrocarril.
Con mucha alegría los rostros contentos,
aunque se luchaba a pico y candil.
Los tiempos cambiaban todo era adelanto,
los rieles brillaban por tanto vaivén.
Mi pueblo crecía con trabajo y canto.
¡Qué hermono y seguro se veía el tren!
Y así como aquellos pioneros de antaño,
dejaron su vida por verlo crecer.
Llegaron los otros que año tras año,
lo fueron matando con odio y placer.
Y se fue muriendo bajo las miradas
del juez insensible que lo condenó.
Viéndose indefenso y sus bielas cansadas,
se sintió muy solo y así se entregó.
Se acababa el plazo para su Sentencia,
el verdugo artero cumplió sin temblar
Y a ese condenado que pidió clemencia,
mi pueblo que es noble lo supo esperar.
Tardó su partida queriendo quedarse,
Marchó lentamente con resignación.
Y a nuestra tristeza no pudo aferrarse,
llevando consigo nuestro corazón.
Surcaron al aire los blancos pañuelos,
miradas perdidas sin explicación.
Se fueron por siempre sueños y desvelos,
¡Qué sola y callada quedó la estación!
Recogió del pueblo su aplauso incesante,
de pena y sollozo se pobló el andén.
Y con su silbato lloroso y distante,
se perdió en la noche EL ÚLTIMO TREN.
VÍCTOR OSVALDO KLOS
cuando se iniciaba el ferrocarril.
Con mucha alegría los rostros contentos,
aunque se luchaba a pico y candil.
Los tiempos cambiaban todo era adelanto,
los rieles brillaban por tanto vaivén.
Mi pueblo crecía con trabajo y canto.
¡Qué hermono y seguro se veía el tren!
Y así como aquellos pioneros de antaño,
dejaron su vida por verlo crecer.
Llegaron los otros que año tras año,
lo fueron matando con odio y placer.
Y se fue muriendo bajo las miradas
del juez insensible que lo condenó.
Viéndose indefenso y sus bielas cansadas,
se sintió muy solo y así se entregó.
Se acababa el plazo para su Sentencia,
el verdugo artero cumplió sin temblar
Y a ese condenado que pidió clemencia,
mi pueblo que es noble lo supo esperar.
Tardó su partida queriendo quedarse,
Marchó lentamente con resignación.
Y a nuestra tristeza no pudo aferrarse,
llevando consigo nuestro corazón.
Surcaron al aire los blancos pañuelos,
miradas perdidas sin explicación.
Se fueron por siempre sueños y desvelos,
¡Qué sola y callada quedó la estación!
Recogió del pueblo su aplauso incesante,
de pena y sollozo se pobló el andén.
Y con su silbato lloroso y distante,
se perdió en la noche EL ÚLTIMO TREN.
VÍCTOR OSVALDO KLOS
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CAPITAL DE LOS TRENES
Los potros de acero
cabalgan las vías
traen mil historias
en sus ventanillas.
Bullicios, sonidos
tan solo recuerdos ya oídos.
Vías que se extienden
desandando los caminos.
Nudo ferroviario
de un pueblo tranquilo
que acunó sus sueños
con un solo sonido.
Mónica Flores
cabalgan las vías
traen mil historias
en sus ventanillas.
Bullicios, sonidos
tan solo recuerdos ya oídos.
Vías que se extienden
desandando los caminos.
Nudo ferroviario
de un pueblo tranquilo
que acunó sus sueños
con un solo sonido.
Mónica Flores
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HOMBRES DEL RIEL
Grupo de hombres de garra
coraje y decisión
varones con visión de futuro
en cada idea, en toda acción.
Ejemplos de empeño con herramientas rústicas,
cobrando al camino su sitio para el riel,
y allí el inmigrante
o el criollo
desde sus hogares... ¡Vio pasar el tren!
La patria en sus días de organización
dio vida, ofreció su apoyo al ferrocarril,
ramales y vías, surgieron vrillantes
renació el progreso, nació la Estación.
Hoy el recuerdo para aquellos seres
que un día labraron la cuna del Riel,
caminos de hierro, ráfagas de vida,
empañan nuestros ojos, no nos dejan ver,
esta empresa ciclópea de hombres coraje,
que solo llamamos, artífices del Riel.
Josefa Lagocen de Volcoff
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